De Luis del Sol a Luis del Sol. De 0-2 a 0-2. De Atlético B a Atlético Madrileño. Un vagar en el desierto cada vez que el filial rojiblanco se alejaba de casa hasta que, 286 días después, los de Torres volvieron a sumar de tres como visitantes. Su oasis particular en el feudo del Betis. Un partido decantado por completo en el minuto 12.
El control de Boñar, héroe la semana pasada para sacar un punto contra el Murcia en la última jugada. Su regate, con caño incluido y el pase para el desmarque de Omar Janneh. El punta, que no parecía llegar, sufrió el agarrón de Yoan Koré con la peor receta posible: no intentaba jugar el balón y su infracción conllevaba la roja. Una losa para un Betis que no se amilanó, pero se vio con el gol del propio Omar desde el punto de penalti y la obligación de jugar con diez durante prácticamente el partido entero.
No se diría, por el devenir del encuentro, que los verdiblancos jugaban en inferioridad. Buscaban a Antonio Toral, se replegaban, pero salían con calidad y cantidad a la contra. Mientras, el Atlético se sabía superior en número y marcador, pero no se hacía con dominio de los tiempos ni encontraba los huecos para hacer valer esa ventaja. Es más, llegaría a empatar Reina en un gol anulado por fuera de juego y confirmado tras la revisión de Alejandro Clemente en el FVS.
Y la segunda parte el guion era aún más evidente. Solo Rayane y las bandas intentaban proponer algo diferente. El mediapunta y Julio Díaz pondrán rumbo este lunes al Mundial Sub-20 y podrían perderse el próximo mes de competición. Y el Betis se crecía. Iba una y otra vez. Nadie diría qué equipo estaba con diez. Pidieron los verdiblancos penalti por mano de Kostis (que cubría la baja de Barboza). Existía, pero no fue suficiente para Clemente tras la petición de Javi Medina para que acudiese a la pantalla. En el ida y vuelta, con Esquivel parando ante Elyaz y Manu González en el mano a mano con Omar, fue Iker Luque el que acabó con las esperanzas locales.
Un balón abierto por Omar a banda y el cañonazo con la diestra de uno de los grandes destacados de este inicio de curso. No estará Luque en el Mundial al que llamó a la puerta y se quedará como uno de los futbolistas más desequilibrantes de Torres. Ahí sí pareció bajar los brazos el Betis. Todo el cansancio de la inferioridad numérica se vino encima. Se pudo ver algún minuto a Castillo y a Romeo, dos de los canteranos que aprietan desde abajo y el Atlético sumó su primera victoria del curso. Para volver a ganar fuera más de nueve meses después. En el mismo escenario. Sin convencer en su fútbol. Pero comenzando a mirar hacia arriba.