La disputa de la Supercopa de Europa entre el Bayern Múnich y el Sevilla el próximo 24 de septiembre está en el aire por la intención de la UEFA de permitir la entrada de público, en concreto un 30% del aforo del estadio Puskas Arena de Budapest.
El Gobierno húngaro ha anunciado el endurecimiento de las medidas restrictivas por la pandemia de Covid-19 a partir del día 1, cerrando incluso las fronteras a todo ciudadano extranjero, por lo que en tal caso habría que descartar el desplazamiento de las aficiones de ambos equipos.
Hungría exigía hasta ahora dos pruebas PCR negativas para entrar en el país o una cuarentena de 14 días, pero las nuevas medidas pueden motivar cambios incluso en fechas y en la sede por parte de la UEFA.
Para la próxima semana hay prevista una reunión entre los técnicos del organismo europeo y los clubes para determinar detalles de organización de la final, cumbre en la que se tratara, por supuesto, esta nueva situación planteada por el Gobierno húngaro.